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EL MÉTODO DEL CHOCOLATE

Hoy les traigo un método súper eficaz para notar lo que realmente estamos pagando cuando compramos con empaques. Con 3 pasos se puede lograr un cambio de mentalidad con respecto a los desechos que producimos. Aprovecho que viene el día del amor y la amistad en pocos días para introducir este concepto y que lo puedan utilizar desde ya. Es una bella época motivada la industria de los ositos de peluche, los globos, las flores y los chocolates. No estoy en específico en pro ni en contra del concepto. ¿A quién no le gusta hacer un amigo secreto y regalar chocolates? Comprarle a la pareja una caja de chocolates normalmente viene con una sonrisa. Una caja de chocolates nos da la seguridad de que vamos a agradar a la otra persona (a menos que no le guste el dulce). Además, no se necesita pensar mucho para escoger el regalo. Páseme una caja de chocolates y vámonos. Disculpen por usar este noble producto para el ejercicio que detallo a continuación, pero les aseguro que es justo y necesario.

Este ejercicio se puede aplicar a muchos productos empacados. Solo hay que seguir 3 simples pasos y frente a sus ojos aparecerá lo que NO quieren comprar: basura.

  1. Desarmar el empaque

  2. Analizar el producto: ¿cuántos chocolates incluye la caja y cuánto duro en comerlos?

  3. Analizar el empaque: ¿cuántas piezas de empaque tengo y cuánto duran en degradarse?

Cuando apliqué el método, tuve el empaque desarmado en frente y respondí las preguntas para analizar el producto y el empaque, me entró un sentimiento de irresponsabilidad. En mi caso, para comer 4 chocolates ocupo fácilmente 1 día. La caja incluía 11 piezas de empaque, las cuales pueden durar en el ambiente: 1 año (papel y cartón), 10 años (aluminio) y 300 años (plástico) o más. Del mismo modo, para 12 chocolates recibí 7 piezas de empaque. No creo que valga la pena que se ocupen tantos empaques y tantos años solo para que yo coma chocolates. Lo que siguió para mí fue reutilizar las cajas, reciclar los otros materiales y escribir este artículo. Me parece muy revelador poner mis compras bajo lupa, no hay escapatoria a la realidad.

No, no quiero que vayan a comprar una caja de chocolates solo para hacer este ejercicio. Estas preguntas se pueden hacer para muchos productos empacados, entonces usen lo que tengan a mano: una caja de lasaña, perfume, galletas, el cepillo de dientes, yo qué sé. La idea es tener claro lo que implica una compra sencilla y tener más confianza para frenar la oleada de material adicional que viene implícita. Imagínense qué ganas tiene una de separar el reciclaje justo después de comer 12 chocolates. No es justo. Es un regalo y una responsabilidad en un solo paquete.

Aun así, se equivocan si creen que voy a vivir sin chocolates. Con afán de no descartar los chocolates y facilitarles esas compras a sus seres queridos, he encontrado una muy buena opción para regalar chocolates sin desperdicios: las CHOCOLATERÍAS.

Noten que faltan casi 2 semanas para la festividad, así que tienen tiempo para encontrar lugares y materiales para hacer la compra. Como les mencionaba, pueden reutilizar cajas para llevarse los chocolates, usar bolsas de papel o envolver los chocolates en un pañuelo. Otra buena opción de empaque es REUTILIZAR tarros de vidrio, el cual es 100% reciclable, aunque dura 4.000 años en descomponerse. Alguna gente va a festejar y otra no, eso queda a su discreción. Mi papel aquí es hacer el proceso más fácil para los que tengan ganas de pasar un año un poco diferente y reducir los desechos de sus vidas. Claro está que pueden usar estos consejos en cualquier época del año. Siempre van a tener que planificar de previo y llevar un recipiente.

Les aseguro que hacer el esfuerzo adicional va a ser bien recibido. No se ocupa mucho para agradar a una persona, mientras sea algo sincero. Si no quieren comprar chocolates o la opción de arriba les parece engorrosa, vayan a una floristería y lleven las flores sin decoración o van a los puestos en la calle que venden ramos de flores listos para colocar en un florero por 2.000 colones. O mejor aún, dedíquense tiempo y vayan a una cafetería a compartir un queque del que más les guste. O siempre queda la opción de no regalarse nada.

¿Qué tal? Celebremos el día del amor y la amistad un poco diferente este año.

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Un abrazo,

Di Vargas


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