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¡ADIÓS AL MAQUILLAJE!

Hace algún tiempo atrás encontré un artículo en una revista titulado magníficamente “LA INDISPENSABLE”, haciendo referencia a artículos de belleza que toda mujer debería tener. Noté que yo tenía en mi haber casi todos estos productos, pero casi nunca me los ponía; de una vez supe que yo podía vivir con menos maquillaje. No dudo que ustedes se pueden beneficiar de esta experiencia, por eso mi misión es ayudarles a considerar algunos puntos durante el proceso de disminuir sus desperdicios relacionados con el maquillaje.

Para vivir realmente sin generar basura, es determinante ponerse retos, pequeños y grandes. Se requiere más que un día para analizar los distintos aspectos de nuestras rutinas y convertirlos en opciones sin empaque. En mi caso escogí este tema porque lo podía alcanzar fácilmente, es un reto pequeño. El maquillaje no era algo crucial en mi ambiente laboral, por lo que decidí seguir sin maquillaje y el resto es historia.

Me di cuenta que este pequeño cambio de imagen me hizo ahorrar más que solo materiales. ¿Sí o no, la gente quiere ahorrar dinero? ¿Talvez tener un poco más de tiempo? ¿Y qué me dicen de maximizar el espacio? No me pueden negar el sentimiento de bienestar con solo pensarlo. Cabe mencionar que el estilo de cada una indica si tienen mucho o poco para aportar a la hora de disminuir los productos de belleza.

El tema del ahorro desde varios ámbitos es una constante en el mundo del cero desperdicio.

El estilo de vida te paga el esfuerzo casi de inmediato.

El simple hecho de ahorrar minutos por la mañana ya es ganancia. Le pedimos al despertador “5 minutos más” sin darnos cuenta que los tenemos en la pura cara, literalmente. Está en nuestras manos recuperar ese tiempo. Digo 5 minutos por poner un número, es lo que puede durar alguien en maquillarse cada mañana, los cuales representan más de 2 horas al mes. Ese tiempo es oro para una persona ocupada. ¿Qué quieren hacer con ese tiempo extra? Sugiero que lo dediquen a desayunar como se debe, a preparar la merienda, a disfrutar con su familia o leer un poco más.

Con respecto al espacio: chicas, si usan maquillaje, les pido que vean en sus bolsos o mesas de noche y díganme cuánto espacio abarca la cosmetiquera. En mi repisa, la cosmetiquera hacía más bulto que otra cosa y eso que no me maquillaba tanto. Quiero retratar un caso extremo del uso del maquillaje como base. Si siguiéramos la rutina en rigor, la lista de productos de belleza podría extenderse un poco, agregando que se puede tener varios de cada uno de estos artículos:

BASE - CORRECTOR - POLVO - RUBOR - SOMBRAS - DELINEADOR DE OJOS, DE LABIOS Y DE CEJAS - RÍMEL - LABIAL - PEINE PARA CEJAS - PINCELES - BROCHA - SACAPUNTAS - ENCRESPADOR DE PESTAÑAS - Y MUCHOS OTROS MÁS…

Creo que es suficiente cantidad para una sola persona. No quiero pensar que nos gusta retocarnos tanto para disimular la cara día tras día. ¿Será cierto que 10 productos distintos aplicados simultáneamente en el rostro van a lograr quitar años de encima o disimular las pecas en la nariz? Tras de eso todo viene en estuches de plástico. Por eso, me despido del maquillaje.

Por la parte del dinero, sumen el costo de cada producto para maquillarse, sin olvidar otros productos relacionados, por ejemplo, el desmaquillante líquido y las toallitas de algodón. Aunque los precios varían bastante, sumemos estos como ejemplo: base (8.000) + polvo (6.000) + sombras (4.800) + rímel (9.000) + desmaquillante (5.000) = 32.800 colones. Digamos que compramos esto 2 veces al año, en 5 años puede llegar a representar 328.000 colones. No me pueden decir que no tienen dinero para viajar. Piensen cuántos años llevan maquillándose y cuántos se supone que lo seguirían haciendo. No hay más que decir…

Finalmente, no podemos negar las variables emocionales cuando se habla de la apariencia. Necesito que piensen en positivo para que aprecien con ganas las cosas bellas que las hacen ser ustedes. Les sugiero responder unas cuantas preguntas para estimular la mente y descargar las emociones negativas:

  1. ¿Qué me gusta más de mi cara?

  2. ¿Por qué necesito un producto para destacar esa característica?

  3. ¿Me gusta o disgusta el sentimiento al aplicar ciertos productos?

  4. ¿Cuáles son las consecuencias o beneficios de reducir su uso?

  5. ¿Qué pasaría si nadie se maquillara?

Antes de contestar, piensen por un segundo que no hay contras de dejar de maquillarse a menudo. Los “obstáculos” quedan a la interpretación de cada persona. En ocasiones (una cree que) la sociedad espera cierto tipo de maquillaje dependiendo la formalidad del evento o solo porque ese es el modo. Aun así, lo importante es cómo nos veamos a nosotras mismas. Ustedes eligen. En mi experiencia, si una desea cambiar algo, la gente se acostumbra y después de un rato deja de tener importancia.

Yo he dejado de usar maquillaje la mayoría del tiempo. No lo uso para ir a trabajar ni para salir de noche. Me gusta mi cara con sus pecas y machas. Deben saber además que la EXPERIENCIA ha sido fenomenal: cara fresca todo el tiempo, sin ojeras de rímel. ¡Es justo lo que ocupaba!

Por si no lo sabían, la hermana del maquillaje se llama la MANICURA, mejor conocida como “hacerse las manos”. Acá se incluye el esmalte, brillo, algodón, quitaesmalte, las calcomanías, las postizas y muchas otras más... OJO, si he sido cliente, pero de manera muuuuuy esporádica. Seguro podemos encontrar opciones amigables con el ambiente para quienes gusten pintarse las uñas todas las semanas. En mi caso, ¡adiós a la manicura! Si no han aprendido a no comerse las uñas, mejor empiezan de una vez para que aprovechen mostrarlas al natural.

Para terminar, reitero lo importante de dedicarse un tiempo frente al espejo, descubran cosas que no quieren ocultar. Espero que después de hacer eso unas cuantas veces se acuerden de mí y digan “mira, yo también me gusto”. Mientras tanto sigo sin usar maquillaje, aunque es posible que busque alternativas sin empaque en el futuro. Si ustedes tienen alguna sugerencia, les agradezco me la compartan.

Ahora es momento de que se suscriban a la página para recibir consejos para vivir sin desperdicios. Lo importante es empezar por algún lado. Visiten la página de Facebook y compartan con sus amigos. ¡Compartir es parte de la solución!

¡Un gusto verlas por aquí!

Di Vargas


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