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DÍA DE PAGO

Hoy es jueves 15 de junio, lo cual para muchos en Costa Rica significa día de pago. Queda a consideración personal si es día de pago aprovechado o día de botar la plata.

Todos ocupamos dinero para solventar nuestra existencia en esta sociedad, entonces procuremos no desperdiciarlo. Aunque por ahí digan que no se debe hablar al respecto con extraños, de seguro el tema le viene bien más de uno.

¿DÓNDE SE FUE MI PLATA?

Siempre he ahorrado y previsto gastos, sin embargo, el año pasado me propuse hacerlo mucho mejor luego de leer blogs sobre frugalidad. En mi búsqueda por áreas de recorte entré a la opción de gráficos del banco en línea, donde encontré lo siguiente:

Fijo en esas categorías había agujeros negros que podía cerrar, no puede ser que entretenimiento y restaurantes sumaran cerca del 50% de mis gastos. ¿Qué tanto comí? ¿A dónde fue que me entretuve? Además, ¿qué tanto compré en supermercados? ¡¿OTROS?!

Las respuestas a esas preguntas se resumen en un comentario muy acertado que hizo una amiga sobre su propia situación: “Mis compañeros quieren salir a almorzar fuera todos los viernes. Di, cada salida de esas son 6 rojos mínimo y yo tengo que pagar cosas”. Fue entonces donde descubrí…

LA COSTUMBRE DEL GUSTICO

Un gustico es una actividad o producto en el cual se “invierte” algo de dinero como premio por nuestro arduo esfuerzo. Van desde el café de la maquinita hasta los encargos por internet, pasando por las salidas al cine con combo agrandado, zapatos en oferta o compras más significativas; a fin de cuentas, cualquier cosa que no sea de primera necesidad, la cual creemos merecer solo por recibir un salario.

No está mal darse gusticos merecidos; el asunto es cuando esos placeres ocasionales se convierten en hábito y causan desajustes en las finanzas. Nada más porque hoy hay platica no quiere decir que debamos salir corriendo a ver en qué gastamos el sueldo sin siquiera haber pagado las obligaciones.

APROVECHAR EL SALARIO

Al rato sería recomendable limitar un toque esas compras con el fin de alcanzar otras metas más relevantes o que consideramos lejanas económicamente. La idea no es necesariamente eliminar los gustos del todo, sino consumir con orden y estrategia. Yo sé que este consejo puede parecer obvio, pero todos los días oímos a alguien decir “no tengo plata”… ¡A que sí tiene!

Digamos que acostumbra comprar un café de 1.000 colones 3 veces por semana. Si en lugar de eso reduce la compra a 1 por semana, estamos hablando de un ahorro de 8.000 colones al mes. Multiplique con el costo de uno de sus gusticos. Números van y vienen...

Las situaciones individuales son tan diversas, que a cada quién le toca revisar bajo su propia lupa. Si algunos de los gusticos están evitando que cumplamos metas a corto, mediano o largo plazo, procuremos controlar los impulsos a fin de agregar valor a nuestros sueños con cada salario.

¿Qué les parece?

Di Vargas


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