¡Muy bien gente! Vamos ampliando nuestro rango de acción. Ya decimos “sin pajilla, por favor”, llevamos las bolsas de tela, lo pensamos dos veces para agarrar tanta servilleta y cargamos nuestra botella de agua para rellenar. Llevamos buen ritmo con estas prácticas y… ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Para algunos comprar a granel o andar buscando verdulerías todavía no suena, eso puede ser mucho trabajo y tampoco se ven dejando su tan amado tubo de pasta de dientes de lado, entonces… ¿qué más pueden hacer para impulsar que la basura disminuya?
DEJEN EL EMPAQUE EN EL COMERCIO.

Leyeron bien, dejar el empaque en el negocio es una manera de hacer notar la problemática en general desde otro sector y de evitar llevar los materiales a nuestra casa.
En vista de que el productor o el comercio son quienes deciden dar ese material, ellos deberían hacerse cargo de su disposición. Muchos de esos empaques sirven propósitos como transporte, posicionamiento de marca o medidas de salubridad (reales o inventadas), entre otros. Sin embargo, cumplen el supuesto cometido en un periodo muy muy corto y no son funcionales en el hogar luego de retirado el producto.
Siendo esto así, ¿por qué la mayor responsabilidad del reciclaje recae sobre los consumidores? Si recuerdan el ejemplo de la red de la papaya, el proveedor es quien quiere ofrecerme la fruta sin abolladuras, por eso le pone la red blanca. Yo compro la papaya y me llevo la red sin pensarlo porque así la colocan en los cajones, mas YO no pedí esa red y no me agrega valor. Así que la opción a la mano es devolver el material de inmediato.
“Di, pero ya de todas formas se hizo el empaque y al rato ellos no lo reciclan”. Seguir llevándolos a la casa no va a hacer que dejen de producir esos materiales. En cambio, si suficiente gente deja los empaques al pagar la compra, podemos generar presión a fin de que más proveedores se comprometan a reducir los desechos, en lugar de transferirlos al consumidor.
De verdad inténtenlo, tomen su tiempo para desenvolver ahí mismo las cosas. Acá les dejo unos cuántos ejemplos de MATERIALES QUE DEJAR EN EL COMERCIO para que vayan con los ojos preparados:
El plástico que envuelve el brócoli o el zucchini.
La bolsa de la lechuga y de las uvas.
Las calcomanías de las frutas.
La liga del culantro.
Las bandejas y plásticos de los ayotes tiernos, de tomates o de los hongos.
La red plástica de los limones y de los ajos.
La caja de la pasta de dientes, del tinte del cabello, de la gelatina, de las pastillas o similares.
Las etiquetas de las esponjas de lavar platos, o todo tipo de franjas de cartón que ni sostienen el producto.
Los cartones o plásticos de esas ofertas “4 por el precio de 3”.
El famoso plástico del six pack.

Ojo, en lo personal estoy dejando de comprar empaquetado en los supermercados regulares, pero aun en la verdulería me encuentro los zucchinis envueltos. Luego de pasar meses buscando la verdulería perfecta (que no parece existir), la alternativa es desenvolverlos ahí mismo y seguir adelante.
Di Vargas