Mientras se activa el piloto automático para reducir los desechos, una se topa con frecuencia con materiales sin fin claro más que terminar en la basura. Por ejemplo, con restaurantes donde sirven los cubiertos en bolsita, en servilleta, en sobrecito de papel u otro similar.
De seguro habrá motivos para protegerlos tanto, pero sin duda nos encontramos ante una oportunidad de reducción de desechos fácil de aprovechar. Si elimináramos este cobertor, sacaríamos de circulación un plástico o material de un solo uso. Un material del cual no se habla pero que puede aportar bastante a la causa.
Me atrevo a decir que la cantidad de envoltorios usados para este fin es similar a la cantidad de pajillas repartidas con las bebidas. En cada orden se da un grupo de cubiertos y una bebida por persona; solo basta multiplicarlo por persona, por orden, por mesa, por día, por el tiempo que esté abierto el restaurante. Por ende, un montón de bolsillas, sobrecitos y servilletas a medio usar.
Pero, ¿vale la pena realmente invertir en estos materiales?

ES QUE ME DA ASCO
Hay una costumbre de proteger los tenedores, cuchillos y cucharas de la intemperie de la cocina porque, al parecer, los cubiertos se ubican en un mundo paralelo con moscas, cucarachas y demás bichos llenos de gérmenes y enfermedades. Entonces es inaceptable comer en un restaurante sin asegurarse que TODO toditico todo esté desinfectado clínicamente…, o por lo menos que los cubiertos vengan en bolsa.
La excusa de limpieza desde ese punto de vista no me convence. Me da la impresión que se espera que una dude de la limpieza del lugar si no sirven los cubiertos en bolsita. Entiendo que debe haber medidas de salubridad, pero no los veo sirviendo el fresco en una bolsa dentro del vaso, tampoco colocan una lámina entre el plato y la comida.
No sé, simplemente hay algo que no me calza ahí.

¿CÓMO REDUZCO EN EL MOMENTO?
Por supuesto que no voy a proponer que dejemos de salir a comer, pero si recalco nuestro papel como consumidores: tenemos formas de jugar con el tema e involucrarnos en los procesos de los lugares que visitamos.
Como no soy adivina para saber dónde me los darán y dónde no, OBSERVO las mesas cuando entro al lugar con el fin de obtener una idea de cómo se sirve la comida, el tipo de pajilla que usan y los cubiertos. Esto permite luego SOLICITAR el servicio que quiero. Así como el “sin pajilla, por favor”, acá pregunto normalmente si tienen cubiertos sin envoltura.
Para INVOLUCRARME más, converso con los meseros o encargados a ver si siembro la semilla de reducción. Tal vez no se logre un cambio de inmediato, pero creo que se activa una pulsación positiva en quien escucha. Por último, APOYO los lugares que tengan mejores prácticas y les dejo saber que ese detalle tan pequeño, el no cubrir los cubiertos, es muy importante.
Para los restaurantes, la forma más sencilla de evitar el plástico y demás materiales es colocar los cubiertos DIRECTAMENTE EN UN VASO si no quieren colocarlos en los puestos en la mesa. Es estéticamente bonito y es fácil de recargar, si lo que el restaurante ocupa es eficiencia para servir.
En cualquier caso, ojalá puedan encontrar una manera de asegurar la limpieza de un lugar con otras técnicas que no dejen rastro.
Di Vargas