Diciembre es el mes por excelencia para los gastos extraordinarios y es la base para el sufrimiento de la famosa cuesta de enero.
Desde ahora hasta el fin el año se nos van a presentar bastantes situaciones que suponen invertir dinero bajo el noble propósito de compartir con nuestros seres queridos. No hay nada de malo en obsequiar cosas y preparar todos estos festines; sin embargo, si no le ponemos mente, la situación financiera se nos puede salir de las manos.
El problema se da cuando se desestabiliza la economía personal por andar comprando a lo loco sin considerar el presupuesto disponible. Hay que preguntarse, ¿cómo queremos entrar al siguiente año?
Más que querer dar una guía de cómo invertir el dinero, mi intención es invitarlos a formular preguntas que ayuden a despedir el 2017 con menos cargas. El primer paso para controlar esta área es visualizar la situación tanto de gastos como de ingresos.
Empecemos por hacer una lista de todas las oportunidades de gastos que nos corresponden. Comprendamos qué nos espera en este mes. Por ejemplo:
El viernes negro.
El pago del marchamo, obligación de todos los que tenemos vehículo.
La tamaleada no puede faltar.
Las compras de regalos de navidad o festividad afín.
Los amigos secretos en los centros de trabajo o estudio.
Los regalitos tipo “cariñito” para allegados.
Las donaciones de navidad.
La comida de las actividades.
El relleno de ropa para empezar el año bonitos y gorditos.
El paseo de vacaciones de fin de año.
La fiesta de año nuevo.
Agreguen o borren según sus costumbres: si hacen queques para regalar o vender, anoten ese gasto.
Ahora, hagamos la lista de nuestros posibles ingresos de todas las fuentes. Repito, que cada quien agregue o elimine lo que representa su realidad:
El aguinaldo, el gran empujón de inicios de diciembre.
Ahorros navideños (ojalá).
Bonos (ojalá).
Los salarios que faltan del año.
Las ventas de los queques, hipotéticamente hablando.
El gordo navideño...
Curiosamente son menos los ingresos que las oportunidades de gasto. ¿Será que nos alcanza para todo?
Vayamos un paso más allá y asignemos a cada lista el monto de dinero por gastar y anotar los montos libres disponibles para propósitos de las festividades. ¿Qué tan diferentes son esas cantidades?

¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERME?
Con este escenario claro, necesitamos armar una estrategia de defensa contra los puntos en específico donde se pierde dinero es estas últimas semanas del año, de modo que controlemos el flujo fuera de las arcas. "Estrategia" es una palabra pesada, pero la idea es que cada quién decida cuáles son las prioridades del mes y cómo las quieren costear.
Si es la primera vez que piensan en este tema o no tienen costumbre de planificar gastos, con solo hacer las listas habrán avanzado montones.
Por acá les dejo 4 consejos básicos para iniciar el debate:
Hacer compras conscientes: si vamos a invertir, ojalá sea en cosas buenas, con propósito, compras indispensables. Dejemos de lado cualquier cosa que no sea urgente y nos enfocamos en lo que sí corresponde (seguramente podés vivir sin esa camisa un par de meses más). Acá nos cuestionamos todos los compromisos en los que nos metemos o la magnitud del regalo por dar. ¿Será que nos debemos salir de algo o reconsiderar el tipo de regalo?
Cuidémonos del viernes negro y las tentadoras propuestas de la temporada. En su momento se trataba de un día de ofertas especiales y ahora se ha convertido en una celebración de una semana o más. ¿Por qué será?
El aguinaldo se acaba. Muchos magnifican en su cabeza el monto recibido (o sea que en su mente 150 son 200) y toman este dinero como excusa para gastar de más. En la medida de lo posible, que se convierta en metas para el próximo año o para saldar deudas existentes.
Por último, OJO con el Tasa 0. El que tengamos 3 o 12 meses para pagar sin intereses implica de igual manera una deuda de acá hasta marzo como mínimo. O sea, que estaremos terminando de pagar justo para Semana Santa. Por eso no abusemos de la herramienta; así como es útil, puede amontonarse sin el debido respeto. ¿Hay otra manera de mostrar afecto sin comprometer la tarjeta?
La realidad es una, son solo 5 semanas las que nos quedan de año. Encendamos el foco para poder cruzar esta última la recta y salir con pocos rasguños.
Echémosle una revisada preventiva a nuestras compras, estabilicemos la situación y les prometo que a partir de enero mejoramos las finanzas en general.
Di Vargas