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RECICLAJE TECNOLÓGICO

Cuántas cosas guardamos en casa por años porque no sabemos qué hacer con ellas.

Un ejemplo muy común son los aparatos electrónicos viejos. Allá en un armario de fijo hay parlantes dañados y una caja llena de cables que no son compatibles con nada. ¿Si o no?

Este tipo de dispositivos se conoce como desecho tecnológico, dispositivos alimentados por electricidad cuya vida útil ha culminado. O sea, aparatos electrónicos que no encienden y que dejaron de funcionar hace rato. Yo agregaría los que funcionan pero que ya no se usan (como mouse o teclados) entonces de igual manera quedan encajonados por años.

Televisores, electrodomésticos, teléfonos, micrófonos, parlantes, cámaras, baterías, todos contienen metales que pueden aprovecharse para nuevos productos, o contaminar el ambiente y afectar la salud si no se les da el tratamiento adecuado.

Teniendo en cuenta que Costa Rica es el segundo país que más residuos de este tipo desecha al año, 7,5 Kg por persona por año (según estudios del 2014), parece ser necesario que nos encarguemos de ellos de mejor manera.

¿CÓMO REDUCIR LA BASURA ELECTRÓNICA?

Comprar fuera de las modas: cada año o cada cierto tiempo se ofrecen versiones mejoradas a productos de un año o que llevan poco tiempo en el mercado. Y bien sabemos que hay gente que no puede vivir si no tienen el último modelo… Esto significa una reducción significativa de la vida útil de los dispositivos. Algo que se pensó para durar 10 años, termina siendo obsoleto en un par solo por el gusto de tener lo más nuevo y moderno, aunque el componente actual siga funcionando.

Definir las características relevantes antes de comprar: con tantas opciones en el mercado, es fácil desviarse de la función real para la cual queremos el aparato. Por ejemplo, cuando compré una compu hace un año, tuve que elegir entre movilidad y diseño. Quería una compu con la que pudiese trabajar y viajar, según yo...

Siendo traductora, me dejé llevar por el diseño del teclado y el tamaño de la pantalla (hermosos), pero ahora sé que es muy pesada y grande para mis necesidades de movilidad actuales. O sea, si quiero una laptop más versátil y transportable, tendría que cambiarla. Lo mejor hubiese sido elegir una más pequeña y ligera desde un principio.

Alargar la vida de los dispositivos: en casa tuvimos un computadora portátil que fue de mi hermano, luego de mi mamá, luego mía, luego de mi nuera y después regresó a mi un rato más.

¿Cómo lo logramos? Cuidamos la compu de golpes y fuimos respetuosos con el cable de energía para que no se descarapelara. Con esto conservamos su estética y funcionalidad. También se le hicieron las reparaciones correspondientes, de fijo ocupó unas cuantas reseteadas y finalmente la dejamos de usar cuando no hubo manera de hacerla encender más.

Por último...

Desechar los dispositivos correctamente: de nuevo, los desechos electrónicos no pueden tirarse con la basura regular, entonces corresponde llevarlos a centros de recolección especializados. Allí se encargan de desmantelarlos para luego exportarlos a países donde se reciclan para aprovechar los metales en nuevos dispositivos.

En Costa Rica hay varias empresas que se encargan de esta tarea, es cuestión de tener iniciativa para ir a dejar las cosas o estar pendientes a campañas de recolección. Una búsqueda rápida en internet entrega montones de opciones para tener en cuenta. Acá unas cuantas para empezar:

Aunque no hay día para reciclar, ahora en tiempo de regalos estamos en el momento perfecto para abrir espacio en la casa y liberarnos de los esqueletos electrónicos que guardamos y no usamos.

Yo ya fui a dejar mis dispositivos viejos, ¿y vos?

Di Vargas


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