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UNA NAVIDAD SIMPLE

¡Se viene Navidad y año nuevo! Es tiempo de la tamaleada, de galletas, de comidas con la familia y del intercambio de regalos (porque todos nos portamos muy bien este año).

Entre todas las cosas bonitas que celebramos en las próximas semanas, todavía falta el corre corre por regalos y preparativos para las fiestas. Si, múltiples salidas al súper, a tiendas y una que otra presa. O sea, si queríamos hacer algo en pro del ambiente o de simplificar la vida, AHORA es el momento perfecto.

De verdad, ahora es el momento perfecto porque podemos hacer lo mismo de siempre, un poquito diferente.

Me puse a pensar cómo maximizar el valor de la época y reducir desechos sin tener que darle un giro completo a las tradiciones. Porque, siendo realistas, las responsabilidades dejan a las buenas intenciones de lado, más si es la primera vez que hacemos algo distinto.

Con tal de hacer la toma de decisiones más sencilla sin desviarnos tanto de la rutina navideña, a continuación repaso las dos grandes áreas de mejora en las que podemos actuar sabiendo que no hay pierde. Y muy importante, elegimos según nos quede al alcance de las manos.

REGALOS QUE COMUNIQUEN

Muchas veces se compran regalos por compromiso o de último momento y se termina dando algo que no inspira. No disfrutaste comprarlo y no sabés si va a agradar. ¡Qué feo estar en esa situación! Resolvamos esto poniéndole conciencia a los regalos en lugar de salir con la misma cosa de siempre. Veamos...

Comprar local: ayudemos a la economía local, invirtamos en productos de emprendedores nacionales. Hay mucho para escoger, desde productos de cuidado personal, ropa, comida, muebles, artículos de oficina y arte. Con esta opción probamos cosas nuevas y salimos con una historia para acompañarlo. Además, es como regalar doble porque de seguro el productor también se alegrará con la venta.

Regalar experiencias: entradas a un concierto o al teatro, una cena, un paseo de 1 día, masajes, faciales, libros, música, un cupón de regalo, la membresía anual de Netflix o la matrícula del gimnasio en enero. ¿A quién no le gustaría un regalo así?

Otras alternativas: también podemos hacer nuestros regalos (según las habilidades de cada quién), dar el dinero del regalo como donación a alguna causa benéfica en su lugar o simplemente no regalar si no nace del corazón (yo no juzgo).

SI, LOS RESIDUOS SÓLIDOS TAMBIÉN

Todavía queda descongestionar la cantidad de materiales que se producen en el hogar la noche del 24 y el día del 25. Las dos áreas más sencillas de controlar son:

Minimizar los envoltorios: el papel de regalo es el material más buscado la mañana del 24 de diciembre y el que llena las bolsas de basura al final del día. Para alejarnos de eso, usemos alternativas sencillas como papel periódico, papel de revistas, bolsas de tela, cajas y, para los animados, envolvemos en furoshiki (técnica de envoltura con un pañuelos y nudos).

Variar la vajilla: si en su casa acostumbran comprar vajilla desechable de plástico, propongo 2 opciones (en orden de prioridad) para evitar ese producto:

1- Pedir a los invitados que traigan platos, vasos y cubiertos de sus casas. Solo tendremos que estar listos para lavarlos al final sin dejar reguero. También a modo personal, cuando no sepamos cómo se sirve la comida, llevar nuestros propios cubiertos sin que lo pidan, por si acaso.

2- Usar vajillas compostables: hay suficientes opciones de vajillas compostables a disposición tanto en línea como en supermercados. Como referencia, acá dejo estos 3 proveedores de vajillas que podrían interesarles: BX Food Company, EcoSunrise, BioWare. Como dije, mejor reutilizable que desechable, pero mejor compostable que plástico.

De nuevo, escojamos soluciones sencillas, una sola basta.

Esta es mi segunda Navidad con enfoque cero desperdicio, por lo que he extendido mi rango de acción con respecto a los residuos sólidos. Mi compromiso incluye la tradicional galleteada con Glühwein (comprando los ingredientes a granel), regalos hechos por mí misma y comprar regalos "verdes”, reutilizar papel para envolverlos y llevar a las actividades mi plato, vaso, cubiertos y ojalá un tupper para las sobras.

¡Felices tamaleadas!

Di Vargas


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