Este es el último artículo del año 2017 y lo único que quiero es expresar es mi más sincero agradecimiento por todo lo aprendido y vivido en las últimas 54 semanas. Ah si, porque por si no lo sabían, estoy cumpliendo 1 año de haberme lanzado al agua con este blog.
¡Qué increíble!
Hace un año estaba con los nervios al tope. Dentro de mí había una gran presión por todas las cosas que quería compartir, sabía que tenía que hacerlo, sabía que tenía que ser justo en ese momento. ¡No podía esperar más!
En eso pulsé el botón de PUBLICAR...
¡El miedo! Pasar con la nariz pegada a la pantalla contando las nuevas vistas y sin mucha idea de lo que iba a suceder luego. Solo debía continuar.
Luego vinieron los días de escritura en el parque, los likes, las reuniones con gente, ferias, charlas, ventas, críticas; hasta dudé poder completar los artículos semanales. ¿Qué más iba a escribir?
Ahora, 1 año después, puedo decir que es de las mejores cosas que he hecho en cuestión de desarrollo personal y profesional. Me siento legítimo como la película de Julie & Julia, por muy polo que suene. Y si, todavía hay mucho por explorar, escribir y compartir.

Como decía, gracias a este "proyecto", he recibido tanto amor que realmente lo único que puedo hacer expresarles mi mayor agradecimiento por acompañarme en este proceso de transición de vida, que ya lleva su par de años fermentando (el próximo año les cuento un poco más al respecto y entenderán de lo que hablo).
Estoy convencida de que cuando una decide dar, desde el corazón, lo único que puede pasar es que se reciba el eco de ese impulso. Justo eso me pasó. Por eso quiero destacar algunas de las bendiciones de este 2017.
Acá va una corta lista de agradecimientos al mejor estilo anuario de colegio:
a mi familia por su apoyo incondicional ahora y siempre, cada vez más cerca y conociéndonos frente a frente,
a mis amiguis del corazón por dejarme hablar como loca de lo mismo mil veces y mandarme a callar cuando es necesario,
a mis nuevas amigas y amigos activistas por darme pelota (ahí estamos regados, pero nos vamos juntando),
a quienes me abren la puerta para dar una charla,
a quienes se manifiestan con respecto al blog por redes sociales y correo,
a los que no se manifiestan pero piensan en mi antes de comprar un paquete de galletas,
a mi roomie bella por pagar el alquiler a tiempo y ser súper ordenada,
a las compañías que decidieron contratarme y las personas que he conocido por medio de ellos,
al liquid y el shuffle por finalmente presentarse en mi vida y a la salsa en línea por seguir en mis pies,
a mi carro por no dejarme varada ni una sola vez este año (esto es historia para otro día),
a la perra de los vecinos por no ladrar mientras trabajo...
La lista podría seguir pero creo que no acabaría.
Este fin de año, reconozco las maravillas que he recibido. Ha sido un año de cambios, de mejora, de aprendizaje, de esfuerzo y de apertura. Cada cosa que ocurrió es el empuje para que el siguiente año continuemos la vida sin desperdicios, y por eso hay que celebrar.
¡Muchas gracias!
Di Vargas