Dicen que al año se producen 21 mil millones de pares de zapatos y que el 95% termina en la basura.
En el pasado aportaba montones a esta cifra disfrutando las ofertas de 3x2 en zapatos de baja calidad y conservando pares sin usar por años hasta que se zafaran las suelas o se dañara la cuerina por la humedad.
Aunque en el último año he donado la mayoría de mis zapatos, todavía tengo aspectos que mejorar. Por ejemplo, uso principalmente el 30% de los que tengo. O sea, mi rutina solo me pide usar 6 pares de los 21 que tengo en total.
Lo peor es que no uso del todo el 40% (8 pares). Es claro que la mayoría son tacones cuyo uso descontinué al buscar más comodidad en mi calzado y los he conservado “por si acaso” tengo que ir a algo medio formal, lo cual ha pasado poco durante el año.

PARA CAMBIAR ESTA SITUACIÓN, me puse las pilas con dos acciones muy sencillas de realizar y que me ayudarán a caminar más largo con mis zapatos:
1) Separar los zapatos que no uso para donar, truequear o vender. Si no es ahora, ¿cuándo? Mejor que otros disfruten el resto de la vida de mis zapatos y que se libere espacio en el armario.
2) Cuidar mis zapatos estrella:
Tres de los pares que uso necesitan cambio de tapillas por lo menos una vez al año. Los compré entre 2011 y 2015, son de buena calidad y entiendo la importancia de alargar su vida.
Algo tan simple como cambiar las tapillas y lustrarlos según se necesite marca la diferencia para mantenerlos con forma y que se vean bien (según yo).
Independientemente del costo original de los mismos, el cambio de tapillas vale alrededor de 3.000 colones por zapato. Es un costo de mantenimiento muy bajo para seguir usando los zapatos que me gustan.


Este ejercicio tan simple ha sido de mucho valor para darme cuenta qué tan inmersa estoy en hábitos consumistas (tener cosas sin usar), conocer qué realmente uso (6 de 21 zapatos), y para promover oficios como el zapatero, quien colabora conmigo para revivir mis zapatos y me ayuda a ahorrar dinero.
Supongo que en un futuro me tocará tomar decisiones sobre la compra de nuevas piezas, pero eso lo dejamos para la Diana del futuro.
Di Vargas